Título: Inmensidad íntima: La resistencia de los afectos.
Técnica: Mixta sobre tela.
Medidas: 150 cm. x 120 cm.
Año: 2021.

Resulta absolutamente complejo exponer claramente aquello ante lo que uno mismo está vitalmente expuesto. Las sociedades actuales nunca estuvieron tan divididas y los discursos en torno a la diferencia nunca fueron tan férreos. En este contexto, propongo que el afecto implica una forma de resistencia, un modo de mantener a salvo una dimension interior frente a las agresiones externas. El afecto nos permite ser concientes de la conexión que mantenemos con uno mismo y con el otro, ante lo cual que el lenguaje no sirve, no alcanza.

Eliminar la practica utilitaria para dar paso a la dimensión afectiva implica una resistencia contra el mercantilismo que concibe al mundo tan solo como un medio para la producción. Contrario a la lógica imperante en la actualidad, el afecto asimila el mundo contenido como un fin en sí mismo, por lo tanto es un valor que reivindica el tiempo presente enmarcado en una ética del cuidado. El afecto como entidad humanizadora consiste en rebelarse contra los órdenes que intentan convertir todas y cada una de las interacciones humanas en un proceso económico. Es importante oponer resistencia a las formas invasivas de la cultura.

Por otro lado, la paz radica en la posibilidad de conciliar la diferencia. El tratamiento diferente que empleo para representar a los sujetos en esta pieza refiere a la naturaleza opuesta y excluyente de cada uno frente a lo cual la resistencia de los afectos implica conciliar la discrepancia en cuanto al respeto al otro sujeto, a la diferencia y de este modo permitir al otro aparecer.